sábado, 20 de febrero de 2016

DESPACHO DE RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA

Esta fue nuestra visita al despacho de Ramón Gómez de la Serna.




Ramón Gómez de la Serna, más conocido en su época simplemente como "Ramón", fue uno de los pioneros de la vanguardia europea. Su obra, pero también su vida, fue un continuo intento de ruptura con las convenciones establecidas, sociales y artísticas (entiéndase, literarias sobre todo). Era un hombre de una atractiva locuacidad, extravagante y provocativo en su vida y en su modo de entender el arte (en realidad, de eso trataban las vanguardias). No era habitual en la época, de hecho, pronunciar conferencias vestido de torero o subido sobre un elefante (ahora tan de moda, los elefantes digo). Tampoco celebrar banquetes en quirófanos. A él no le importó; es más, evidentemente lo hacía a propósito. Conocido fue su "torreón", en el que se amontonaban cuadros, máscaras, muñecas, pistolas... un totum revolutum en toda regla.

Pero esta entrada no pretende ser una incursión en su biografía (por cierto, él mismo la escribió en esa obra que tituló Automoribundia), como tampoco en su extensísima bibliografía. Me querría centrar, sin más, en la greguería, ese género que él mismo inventó y que fue definido como una metáfora humorística. Cuando uno bucea entre los centenares que de ellas escribió, diseminadas por toda su obra, comprueba que la mayoría responden a esa definición, pero también las hay líricas o son portadoras de una profunda gravedad.


Selección de 10 greguerías de Ramón Gómez de la Serna:

1) El poeta se alimenta de galletas de luna.

2) El fotógrafo nos coloca en la postura más difícil con la intención de que salgamos más naturales.

3) Debía de haber unos prismáticos de oler para percibir el perfume de los jardines lejanos.

4) La Luna es un banco de metáforas arruinado.

5) Dos en un auto: idilio. Tres: adulterio. Cuatro: secuestro. Cinco: Crimen. Seis: tiroteo con la policía.

6) Es difícil imaginar que una monda calavera sea una calavera de mujer.

7) ¡Qué tragedia! Envejecían sus manos y no envejecían sus sortijas.

8) ¡Qué fácil es que un adulto pase a ser adúltero!

9) -¿Por qué cuando vamos a pedir los gemelos de teatro al compañero de palco es cuando él se los lleva a los ojos?
-Porque ha visto la misma mujer.

10) La eternidad envidia a lo mortal.

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